¡Schchchchchchch!
¡Que las paredes oyen!
¡Schchchchchchch!
Que las paredes oyen…
y a callar otra vez, solamente nos mirabamos, los unos y los otros, sin decir palabra porque…
…schchchchch…
Que las paredes oyen y a saber quien escucha.
Pasábamos mañanas completas, tardes enteras, noches de insomnio callados, porque no vaya ser que las paredes si oyeran y a saber quien escucha, así que otra vez como siempre nada más nos mirábamos.
Las paredes se fueron ahogando con nuestros pensamientos, pues era irresistible no hablar, pero….schchchchchch… que las paredes oyen.
Pero, los ojos nos delataban y nuestra lengua se soltaba pero…schchchchchch… que las paredes oyen.
Otra vez silencio y los pensamientos nos agobiaban, pues parecía que no podían salir, y entonces la lengua se soltaba para volver a callar, pero todo aglomerado en la cabeza no podía más y las paredes oían.
Schchchchchchchch…que las paredes oyen, pero los pensamientos empezaron a trascender las paredes que ya no nos oían, pues schchchchchch...no halábamos solo nos observásemos, ya no se nos escapaba ninguna palabra; ninguna, pues las paredes oyen. Pero nuestros pensamientos nos inundaron y fue como estos empezaron a desbordar las paredes y schchchchchchch…
que las paredes oyen y …schchchch… que los Muros empezaron a hablar…
«Si dios viene, Yo me voy…»
y…Schchchch….
y…schchchchchchch…
y…schchchchchchch…
y…Schchchchchch…
«Libertad a Oaxaca»,
«Libertad a Atenco»
y…schchchchch…
«FREIHEIT»
y…schchchchch…
y…schchchchch…
y…schchchchch…
…y ahora como los muros están hablando entonces schchchchchchchch... habla porque las paredes oyen… schchchch… y a saber quien escucha y …schchchch… y a saber quien lee…
… y schchchchch…
alf… y….schchchchchchchch…
¡Ayotzinapa Somos Todos!