Efectos inesperados de la cuarentena: mis propios absurdos epistemológicos.

8 de mayo de 2020.

Lev Jardón Barbolla

Este texto será aún más anecdótico. Comencemos reconociendo que  el encierro es por  definición una condición  inhumana. Pero desde ahí me encontrado con un efecto positivo inesperado…

Son ya casi 7 semanas de confinamiento. Desde hace seis semanas, casi sin darme cuenta estoy tomando en promedio apenas una taza y media de café al día. Debo decir que la homoscedasticidad ha sido pasmosa, con lo que los días más cafeínicos he tomado dos tazas y los días más ligeros, solo una. Antes de la cuarentena, tomaba en promedio 4 tazas; los picos altos, no los menciono para no asustar a nadie, los bajos eran tan raros que contribuían poco a la estadística.

Entonces, una serie de descubrimientos inesperados sobre el propio cuerpo. Aún mientras hago ejercicio, mi presión arterial ha  estado a la baja, nunca fue alta, pero ahora es extraordinariamente estable. Duermo relativamente bien, no tengo gastritis y la colitis casi desapareció. ¿Quien lo diría? Pero más aún ¿Será mi descubrimiento suficientemente novedoso como para mandarlo a The Lancet?  ¿Si no cabe en The Lancet, cabrá en una conferencia de rosca de las tantas que hay al día (esas en las que el funcionario y los periodistas se hacen ídem)? …

  ¿Que la muestra de n=1, es decir yo, es muy pequeña?, mire usted, pues por lo menos  alcanza  un número entero, porque en cambio al número de pruebas de COVID-19 por cada mil habitantes en  este país, aún le cuelga. 

  ¿Que dicen los de The Lancet que ya se sabía?  Pues, caray, primera noticia…

Mientras tanto yo disfruto mi detox involuntario.

Claro, que está el tema de las covariables, y quién sabe, tal vez haya que controlar por el número de oficios e informes académico- administrativos elaborados al  día, que en el caso en cuestión, en este periodo, es de cero y antes de la pandemia ocupaba hasta el 30% de mi jornada laboral… En materia de gastritis, ¿Oficio mata pandemia?… Eso sí me lo publicarían en The Lancet.