Categoría: Cuentos

  • Mujer de Sal y Cerro que Humea

    Hola a todooossss…..

    Pllegaria azul, Miguel Angel Estala

    siempre tengo la esperanza de que estén bien, pues yo cuento y muchas veces contestan y nos comunicamos entonces pregunto.

    ¿cómo están pues? ¿cómo va todo en el monstruo? a todos aquellos que sobrevivan en el…pero yo sé que antes no era un monstruo, y no lo es del todo ahora.

    Les voy a contar la historia:

    Fue hace muchas vueltas al Sol, cuando todo inició, cuando el monstruo no era monstruo, cuando lo que es, no lo era y a las orillas de una gran Laguna corría una mujer hermosa.

    No, no y no.

    No corría, paseaba, caminaba, pues el correr es ahora y no hay muchas orillas por donde correr.

    A esta mujer hermosa, la llamaban «Mujer de Sal». Porque siempre llevar un huipil blanco bordado con hilo blanco, donde las flores y los diseños aparecían en relieve. Como esos relieves blancos estucados en la piedra antes de pintar, que tienen esa hermosura de lo que va ha ser, pero que todavía no es.

    Muchos llegaban a pensar que esta  «Mujer de Sal» no veía los colores y solo sentía relieves, y pues no era así, pero algo hay de eso.
    A ella le gustaba sentir los relieves bajo sus pies mientras caminaba y mientras paseaba al lado de la laguna, mientras pasaba la mano sobre su huipil, blanco, con el cual imitaba a la Luna. En su corazón sentía los relieves de lo que va a ser y todavía no es, y al pasear por las orillas de la Laguna esperaba eso maravilloso que sería pero que todavía no era.

    En estos paseos en silencio la seguía con la mirada un hombre, o bueno eso es lo que todos pensaban y eso es lo que me contaron.

    Este hombre no tan viejo y no tan joven, veía a Mujer de Sal caminar y veía  en sus mirada y en su huipil la esperanza de lo que va a ser, pero que todavía no es.

    A este hombre lo llamaban «Cerro que Humea», pues era gigante como un cerro y gustaba de fumar pipa. «Cerro que Humea» después de la cacería o del trabajo en la milpa o de cortar leña o de hacer lo que se tiene que hacer para vivir, gustaba de sentarse no tan a la orilla del lago fumar su pipa y a observar a «Mujer de Sal» pasear y caminar junto a la Laguna esperando que algo hermoso sucediera. A él, el caminar de ella y la esperanza de ella le tranquilizaba  y era parte del ritual, verla pasear mientras el fumaba.

    Así fueron pasando los años, en silencio con el único ruido del caminar, de la tierra, del fuego, del agua y de la esperanza.
    Y al correr de los años llegaron a las orillas de la Laguna cada vez más pueblos.
    Ellos vieron en «Mujer de Sal» ese encanto, esa esperanza y así como «Cerro que Humea» le gustaba ver a «Mujer de Sal»  más y más pueblos compartieron el mismo gusto y llegaban a la laguna con esperanza, con  mucha esperanza, pues eso era  lo que «Mujer de Sal» daba a los demás,  siempre en silencio.

    Cerro que Humea, foto: G. Alfredo Ramírez O.

    Pocos se acercaban a ella, por respeto al «Cerro que Humea», pues aunque «Mujer de Sal» no le pertenecía, todos sabían y hoy lo sabemos, que los dos van juntos y que parte de la belleza de «Mujer de Sal» se encuentra en el ser  observada y en el  fumar de «Cerro que Humea».

    De esta forma la Laguna comenzó a florecer, primero por las orillas, después en el centro de la Laguna y después de algunas tristezas en la Laguna toda se dieron todos los colores.

    Hoy en día son tantos y tanto el florecer, que se pierde la perspectiva y sus colores y muchas veces se piensa que ya no hay Laguna, pero todo eso todavía esta ahí.
    Los colores por ser tantos, ahora parecen grices y negros, pero hay que alejarse tantito y acercarse tantito y así ir mirando colores, y no solo ver los colores, sino los bordados que los habitantes han hecho dentro de la Laguna.

    Mercado de Jamaica, Mexico, foto Erica-Willis

    Por lo mismo se cree que  «Mujer de Sal»  muchas veces ya no ve la Laguna, que ha perdido esperanzas, que los ha olvidado, que volteo su mirada y que los piensa monstruosos y que por eso «Cerro que Humea» los hará Humo.

    Sin embargo, ella sigue observando con la misma esperanza y con los colores de lo que es y sera la Laguna y el milagro de como sus habitantes caminan sobre ella con esperanza sobreviviendo.

    Mercado de Jamaica, foto: Erica-Willis

    Ya ven el monstruo no es tan monstruo, basta alejarse tantito como lo hace  «Mujer de Sal» y «Cerro que Humea» y luego acercarse un poco más y ver la belleza y la esperanza de los que observan.

    Los Monstruos no son como los pintan…

    Va ke va hasta tuvieron cuento

    un abrazo a todos y un beso

    alf-redo…mil-puertas…

  • Cuando el Espacio se tragó al Tiempo

    Hombres de Maiz
    Oventic, Hombres de Maiz

    Para el caracol de Oventic, Chiapas, y para todos los demás caracoles en Chiapas y del Mundo.

    Para todos los compañeros que se encuentran en resistencia, para todos los compañeros que se encuentran presos por estar en resistencia, por ser otros muy otros, por ser distintos y pensar que se puede vivir en solidaridad y bienestar para todos.

    Para todos nuestros muertos desde tiempos atrás, para todos nuestros muertos en tiempos de ahora, para sus familias.

    Para todos los medios de comunicación Libres y radios comunitarias.

    Para todos los desaparecidos por el Estado en cualquier parte del Mundo.

    Para todo el Pueblo, para todos los Pueblos:

    Cuando el Espacio se tragó al Tiempo.

    Bueno, pues resulta que el Tiempo y el Espacio siempre se encontraban unidos, me parece que eran gemelos que el señor Tiempo había nacido al mismo tiempo y espacio que el señor Espacio. No sólo se sentía que eran gemelos, sino más bien parecían siameses, el uno pegado al otro, a dónde se movía uno el otro iba. Así se entendían las cosas, hasta que la tecnología y el conocimiento científico los decidió separar por un rato, pero para volverlos a juntar. De esta forma en el espacio y en el tiempo se fueron construyendo cosas que dependían del señor Espacio y a su vez del señor Tiempo.

    El hombre creyó que siempre estos señores habían estado ahí y se movía y construía pensando que al señor Tiempo y al señor Espacio se les tenía que vencer.

    En algunos lugares hicieron pirámides, en otros monumentos, en otros grandes cabezas, en otros torres, en otros aleaciones de metales y hasta cometas, para que a estos gemelos se les pudiera vencer. Mas sin embargo todas estas creación acabaron en derrota.

    El señor Tiempo y el señor Espacio nada tuvieron que con la derrotar de todo intento humanos de vencerlos, pues siempre llegaban otros humanos para destruir la obra que “trascendería” espacio-tiempo.

    De esta forma ha estado sucediendo y los señores Espacio y Tiempo no tienen más que esperar que llegue alguien más para acabar con la memoria.

    Hasta hace poco la armonía entre hermanos era absoluta y no había rivalidad, pero hace poco el hombre ambicioso logró poner al señor Tiempo contra su hermano gemelo el señor Espacio. Decidió que el señor Espacio ya no importa ahora solo importa el señor Tiempo. «El tiempo es dinero», decía, restándole importancia al señor Espacio.

    El tiempo es fundamental, decía, pues parece que se va a acabar. Y el señor Tiempo, pues empezó a apresurarse.

    El señor Tiempo se sintió tan importante que cada vez se aceleraba más y más, restándole importancia al señor Espacio. Le había metido la idea del ambicioso, del de arriba, que él era importante y con la tecnología dejaba de existir e importar el espacio.

    Todo era correr y correr y acabar con el espacio, con el señor Espacio.

    Claro todas las historias así, donde un hermano se pone en contra del otro son dolorosas, pero también debe haber algún remedio y esperanza.

    Fue cuando que el señor Espacio se fue a las montañas, a los valles, a la sierra, al mar, salió escapando de las grandes ciudades y se encontró con la gente de la tierra, con la gente de abajo, con la gente del agua, con la gente de la montaña, con la gente de los desiertos, donde el tiempo era utilizado para explotarlos, para reprimirlos sin importar el espacio.

    Ahí decidió echar raíces y quedarse con esta gente, entre más digna la gente, más espacio tenia el señor Espacio, y su hermano gemelo no podía ya entrar, pues esta gente con la rebeldía en contra del tiempo y la explotación logró que en sus montañas, en sus mares, en sus tierras, el tiempo se frenara, se alentara, se le restara importancia.

    De esta forma el Espacio se tragó al Tiempo para volver a ser siameses, para poder estar juntos y estos hombres dignos no permitieran más que uno domine al otro ya sea Hombre, Tiempo o Espacio.

    Ahora por lo pronto es solo ahí en sus cerros, en sus mares, en sus casas, en sus bosques, en sus desiertos, en sus selvas y en sus sueños donde no hay nadie que explote, domine y acabe con el otro igual, con el otro hermano…

    ¡Tierra, Agua y Libertad!

    ¡Presos Políticos Libertad!

    Justicia para Atenco, Oaxaca, Chiapas,México, para el Mundo donde quepan muchos Mundos.

    alf….

    Creative Commons Lizenzvertrag
    Cuando el Espacio se trago al Tiempo von alf (Grodecz Alfredo Ramírez Ogando) steht unter einer Creative Commons Attribution-NonCommercial-ShareAlike 3.0 Unported Lizenz.

  • Amanecer

    La mañana,

    el mañana,

    si despiertas,

    si te duermes,

    si te estiras,

    junto a ti,

    junto a mi.

    La mañana .

    ¿Y después?

    El medio día.

    El amor,

    el calor,

    el inicio,

    la mitad,

    el final,

    continuara…

    La mañana.

    alf-redo…mil-puertas 2004

  • El suéter de Mamá

    Un cuento…
     
    Un suéter, muchos hilos, es el suéter de Mamá.
     
    Los hilos se cruzan y se anudan.
     
    Bellos colores y combinaciones.
     
    Luego se rompen los nudos, los hilos.
     
    Los nudos se quedan otros se van, otros se pierden.
     
    Algunos hilos se han separado para no encontrase nunca más en un nudo.
     
    Otros eternamente enamorados, en el suéter de Mamá, continúan haciendo nudos hermosos, 

    nudos que bailan, nudos hechos nudos…
     
    Y otros enamorados, mas por caminos diagonales,

    harán siempre que se junten nudos de hermosos colores…en el suéter de Mamá.

    alf…

    Paris
  • 3er Movimiento

    Códice Fejérváry-Mayer primera página

    Otoño.

    Sales de la Biblioteca.

    Sigue la pregunta bailando en tu cabeza, le buscas respuesta pero no la encuentras inmediatamente. Siempre que te sucede eso sabes que lo mejor es dejarla para después, dejarla descansar un rato, pero tu necedad te lo impide y tu cabeza le sigue dando vueltas y vueltas:

    ¿Qué es lo que estaban pensando?

    ¿Qué es lo que trataban de registrar en sus libros?

    ¿Qué es lo que querían comunicar?

    ¿Por qué pareciera que el este lo describen a veces en el norte?

    ¿Por qué la rotación del este al norte?

    ¿Por qué  hicieron esa rotación, que significa?

    No lo entiendes, pues no corresponde a lo que haz aprendido de ellos anteriormente, no concuerda con tu conocimiento previo, con las fuentes que conoces.

    ¿Habrá algo en especial, o es simplemente otra interpretación o es la influencia exterior de otro pueblo?

    Le quitas el candado a bicicleta que te han prestado durante tu estancia y emprendes el camino a casa, por la ciudad.

    ¿Por qué hay veces que el este se encuentra en el norte?

    Piensas en la contradicción de los datos pues el cocodrilo apareció en el documento que te encontrabas estudiando en el norte y no en el este donde nace el sol.

    Te saca del curso de tus pensamientos el aire frío otoñal. Todavía no es realmente frío pero ya lo sientes en las manos mientras andas en bicicleta; el aire frío es como pequeñas agujas en tu piel, en tus manos, el cual causa dolor y esto te obliga a quitar una y otra mano del manubrio para calentarla con tu aliento y protegerla por unos momentos del aire en tu chamarra mientras con la otra mano sufres el frío.Pero es otoño y por eso tu no llevaste los guantes contigo, no pensaste en el frío.

    Al parar en semáforo en rojo junto con los autos, tienes la oportunidad de calentar un poco ambas manos con tu aliento y frotarlas para generar calor. Haz olvidado las contradicciones, los documentos, ahora te encuentras ocupado con el frío y la bicicleta.
    -Es increíble que exista un carril y un semáforo exclusivamente para bicicletas- piensas mientras el semáforo se encuentra en rojo y tu calientas las manos.

    El semáforo para las bicicletas continua en rojo, mas no el de la vuelta a la derecha para los autos.
    Por precaución te orillas a la banqueta un poco más, cuando en eso asotas de espadas en el pavimento y no entiendes que sucede solo sientes que te arrastran de la pierna, haz perdido la bicicleta, intentas hacer movimientos para soltarte pero parece imposible soltarte, de pronto escuchas un sonido parecido a un desgarro y termina tu travesía por el pavimento.
    No sabes lo que trono si fue el auto, tu pierna o que fue, no entiendes lo que paso.
    De pronto a tu alrededor se junta la gente y una mujer grita histérica, observas el miedo en sus gritos, el horror y te horrorizas tu también, no sabes en que estado te encuentras, pero por los gritos no puede ser algo bueno, así comienzas a tratar de verificar tu estado y lo primero que sientes es un fluido cálido desde tu espalda hasta tu pierna izquierda y no la sientes.
    Nadie se acerca realmente a darte auxilio, solamente observan o gritan.
    Sin embargo tu pierna continua contigo y la puedes mover y te giras para poder sentarte en la banqueta y continuar con tu inspección individual pues nadie te ha ayuda ni te dice nada. Por lo que piensas que es probable que solamente te encuentres imaginando que te volteas y que te inspeccionas y que te sientas en la banqueta, pues todos se encuentran tan lejos de darte auxilio que quizás te encuentres desamparado.
    Ante la incertidumbre de que es lo real, decides continuar con tu inspección.
    Observas que tu pantalón se encuentra totalmente desgarrado y tu pierna izquierda solo tiene algunos raspones.
    Te quitas la mochila de la espalda o lo que queda de esta, tu termo se encuentra destrozado es donde se explica el fluido caliente, es el café.
    La copia del códice Fejérvary, con el cocodrilo en el este, se encuentra destrozada, ningún trabajo de restauración  podrá  salvar a tu copia.

    A lo lejos escuchas la ambulancia, ese sonido insoportable que lastima los oídos de la misma forma que  los gritos de la mujer que no paran.
    Piensas que viene en tu auxilio pero al bajar los paramédicos se concentran únicamente en la mujer y le proporcionan auxilio a ella. Al encontrarte olvidado y sin auxilio de nadie, solamente puedes confiar en tus sentidos y en tu inspección física.
    Vez la bicicleta tirada a unos 20 metros de distancia, la recoges y compruebas ahora su estado, que es bueno.
    Olvidado y solo te subes nuevamente a ella y tomas camino a casa, corriste suerte, a pesar de la arrastrada de norte a este…

    Ahora entiendes menos…solo…

    ¡Tierra, Agua y Libertad!

    alf-redo…mil-puertas…

    

    Tezcatlipoca, códice Borgia
  • Polinesios

    Eres un necio

    Eres un necio

    Eres un necio

    Lo que ellos no saben es que yo no llegue del norte, la historia no es tan larga. Por eso se las voy a contar.

    Es solo porque siente que se amachinaron para aguantar el frió, piensan que fueron los primeros en llegar a estas tierras y que fueron los primeros en hacer grandes viajes.
    Y luego nos cuentan historias de que ellos cazaban mamutes y que ellos lo extinguieron y que ellos son los únicos y que nosotros somos como ellos.
    Creen que  no habemos otros que llegamos por otro lado, creen que no habemos otros que llegamos por la Mar, de quien estamos eternamente enamorados.

    De la Mar es de donde nace todos lo días el sol, de la Mar es de donde salía nuestro alimento y la tierra  solamente podía imitar las grandes olas con sus montañas, mas las montañas no pueden moverse tan rápido.

    Polinecios, Cuadro de Miguel Estala
    Polinecios, Cuadro de Miguel Estala

    Nosotros somos los condenados, pues al estar eternamente enamorados de la mar,  no nos permite vivir dentro de ella. Muchas veces nos rechaza, así es la mar y así la amamos.
    Tanto fue nuestro de deseo de estar dentro de ella, de vivir dentro de la mar, que al principio nos metíamos con tablas para poder estar largo tiempo flotando, ahí junto a las olas. Pero ella nos rechazaba, no nos dejaba entrar y nosotros necios que entrábamos y ella necia que nos botaba. Hasta que un buen día aprendimos a bailar con ella, a bailar con sus olas.

    Mas eso no duraba mucho y salíamos pronto a tierra antes de que el sol se fuera. Por lo que empezamos a hacer botes donde a remo y vela entrábamos y empezamos a sacar nuestro alimento de la mar. Fue cuando nos dimos cuenta que nosotros somos parientes del delfín, de la ballena, de la tortuga.  Pero a nosotros la mar nos saco un día por descuidados a tierra y no nos dejaba entrar más, por eso de necios regresábamos a ella en tablas y en botes.

    Con los botes y tablas empezamos a jugar y a bailar con ella y fue como llegamos acá a estas tierras.
    Comenzó con una pequeña carrera, ahí estábamos en la orilla de la mar, en la playa con nuestros botes y remos en dirección a donde nace el sol y una idea llegó: A ver quien llegaba primero…¿a donde? quien sabe pero a ver quien llegaba primero. Así salimos en desbandada en dirección a donde nace el sol y reme que reme e iza la vela y duerme, así pasaron varias lunas y nada que alguien llegaba primero, supongo que muchos nesios o polinesios; pues éramos muchos; se quedaron en el camino con la mar, pues no todos llegamos a estas tierras y aquí conocimos a otros que llegaron por el norte.
    Supongo que nosotros llegamos primero a remo y vela y si no nos creen les pregunto:¿Entonces de donde llegamos Bazuca y yo?

    Ahora me preguntaran: ¿Por qué si ya estábamos dentro de la mar regresamos a tierra?

    Por nesios…

    alf…

  • Y si…

    ¿Y si los Peces…
    ¿y si los pulpos…
    ¿y si el cagrejo…
    ¿Nos dejaran vivir con ellos?

    ¿Y si nosotros…?
    Envidiando al Pelicano,
    que corre y corre…
    que baja y baja…
    ola tras ola…

    ¿Y si la tortuga…?
    con los Pelicanos…
    con las olas…
    con los pulpos…
    con los cangregos…
    con los peces…
    Les volveremos a preguntar:

    ¿podemos vivir con ustedes?

    No los sabemos,
    no nos han contestado.
    y nosotros que soy yo,
    enamorado de la Mar.

    alf-redo…mil-puertas…

  • Compañero caracol

    Caracol Roberto Barrios
    Caracol Roberto Barrios

    Un día que estaba jugando a los piratas encontré una concha hermosa. Era de estas que cuando las miras, contemplas toda la perfección de la naturaleza en una pieza. De las que cautivan al ojo por su sencillez y adulan a los dedos con la suavidad de su forma. Las que quieres llevarte y cargar en la cartera, pero se maltratarían y desgastarían con las monedas.

    Tan delicada era que la cogí, pero no me atreví a jugar con ella. En eso, se asomó de la concha un pequeño caracol. Con una discreción que no conocí de mí, intenté de suprimir la risa. Era de una fealdad sumamente simpática. Era deforme y baboso, y tenía de estos ojos telescópicos. Pero una antena era más chica que la otra, lo cual seguramente le hace sufrir ante sus amigos caracoles, pensé.

    Me fascinaba, y deben haber pasado fácil 5 min que ya me lo quedaba mirando de cerquísima, cuando me preguntó -Juegas conmigo?- Sorprendido y enrojecido empecé a jugar con él, torpe y tímido al principio. Empezamos a jugar, y al poco rato logramos a construir con nuestra ligereza juguetona este puente efímero e indestructible que puede haber entre moluscos y humanos.

    Yo era el pirata cojo, el era mi timonel. Yo eremita y su concha mi cueva. O yo de caballero negro y él la dama que había que conquistar. Le enseñé todos mis juegos y los completaba en perfecta harmonía. Era el tiempo más feliz que jamás he convivido con un caracol.

    Hasta un día le dije que se inventara un juego él, para seguirle. Me miraba con una ternura como no la he visto en ningún humano, y todavía tenía la impresión que con las antenas me hizo un gesto de adiós antes de que se retirara a su concha. Yo no entendía todavía y le esperé. Le esperé hasta el atardecer, después me fui a mi casa. Regresaba a la mañana siguiente y lo esperé. Así lo cuidé 3 días para que nadie se lo lleve y lo cargue en su cartera, porque con las monedas se desgastaría. Cuando regresé el cuarto día, el mar se lo había llevado.

    Stefanie Kralisch

  • Mañana

    Nuevamente, te levantas, no lo piensas, no lo meditas, suena el despertador y te levantas simplemente.

    Obscuro todavía, caminas tropezando con las patas de la cama, ¡Ay! la cama suspiras corto, pues corres el riesgo de regresar a ella. Ahora sí, tomas camino al baño, prendes la luz y te deslumbra el frió propio del baño. Ya sentado en el baño, dormitas un poco, pero no demasiado, el quedarse dormido sigue siendo un peligro y no lo lograrías de quedarte dormido.
    Te lavas las manos, después la cara, te quitas la pijama y te vistes lo más aprisa posible, pues tienes que salir corriendo, sino pierdes el camión y si se te pasa hubiera sido mejor quedarse en la cama. Por la mañana pasan cada hora.
    Sales de casa y después de un par de minutos sales corriendo, pues presientes que ya vas tarde ya que antes de salir no encontrabas la cartera y con eso que hace tiempo que no utilizas un reloj no puedes verificar tu sospecha.
    El reloj lo dejaste de usar hace ya muchos años, pues siempre te lo tenias que quitar antes de empezar para dejarlo con los jueces de salida y con el cansancio al final olvidabas reclamarlo de vuelta, por eso lo dejaste de usar.
    Uf, no es tan tarde alcanzas a ver las luces del camión que todavía no llegan a la esquina que tu estas por cruzar y el semáforo para el camión esta en rojo, ya esta, ya la armaste.
    Ya llevas camino, por lo temprano no hay problema de conseguir lugar para sentarse, nuevamente sentado puedes dormitar un poco, media hora de camino te lo permite, pero no demasiado pues tienes que estar atento de no pasarte la parada, pues esta te deja justo para caminar únicamente unos minutos y llegar puntual. En el caso de pasarte la parada, llegaras tarde pues habrá que correr para llegar lo más cercano a ser puntual, pues puntual ya no lo vas a lograr.
    Durante el dormitar te vas preguntando, ¿Por qué lo haces?¿por qué no quedarse en cama y dormir un poco más?¿por qué la desmañanada?¿cuál es el sentido de todo ese esfuerzo?
    Te respondes, porque no tienes de otra, porque sino no encontrarías el tiempo para hacerlo, mas tus respuestas no te convences, te parecen forzadas.
    Observas a tus compañeros de viaje y la pregunta retumba con más fuerza.
    Todos ellos van camino al trabajo, todos ellos tienen que llegar al cambió de turno por lo que les queda un par de horas todavía de trayecto. ¿y tú?
    Vas con ellos, compartes autobús, por los próximo 30 minutos. ¿y tú? Tú no vas a trabajar, no, tú todavía no, pero van juntos en la mañana y te saludan y los saludas con murmullos, dormitando todos.
    ¡Diablos! despiertas, por ir dormitando se te pasa la parada, bajas una después y tienes que correr, no lo piensas solo lo haces, pues sabes en lo profundo que no lo vas a lograr puntual, no tener tiempo, no tienes tiempo, solo corres.
    La carrera valió la pena, parece que llegaste puntual, pues nadie te dice nada ni te reclama, tal vez es que notan que llegaste corriendo, no lo sabes, no hay reloj que marque la hora que puedas ver.
    Te cambias y buscas la gafas y la gorra, siempre se pierden en la maleta.
    El frío matutino acuchilla todo tu cuerpo, es la hora más fría cuando comienza a salir el sol, lo sabes. Pegas el salto y te deslizas, y despiertas y lo sientes hasta adentro de tu alma y vuelves a encontrar la respuesta a la pregunta de cada mañana en el camión, la sabias pero siempre es bello volver a recordar la respuesta, después del salto y al deslizarte…

    Tierra, Agua y Libertad

    alf-redo…

  • Comer Miedo

    -Usted debería dejar de comer miedo. Dice el Doc.
    -Mire que eso ayudaría a su circulación, a su tranquilidad y a su seguridad.

    -Al Miedo no se le puede dar buen sabor. Dice el Chef.
    -El Miedo es frió. Dice el Pingüino
    -además de húmedo y pegajoso…el Miedo cala hasta los huesos y no te permite soñar y no permite nadar y no permite correr y no permite volar.

    -Comer Miedo es horroroso. Asegura el mesero y el comensal.
    -Sin embargo es toda una adicción, dice el obrero.

    La gente lo come con singular frecuencia, y pareciera que entre más, mejor. Lo consume todos los días,  a todas horas y en cualquier lugar.
    -Comprar Miedo y comer Miedo se convierte en una actividad fundamental hoy en día con las consecuencias que esto con lleva.

    -Alejese, protejase, encierrese, armese, persigase, persigalos a todos los que son distintos a usted; es decir a todos.

    El Miedo hace todo y  todos sean  sus enemigos.

    ¿A Quien ayuda el tener miedo? ¿Pregunta usted?

    A usted definitivamente, no. Ya lo dijo el Doc, pero sí al que tiene el control, al que lo vende, al que lo administra y castiga con el Miedo; le responderá la Osa.

    Y después de tantos miedos te invitara como el Doc a dejar de comprar y comer miedo.

    Basta con un par de horas de reflexión, mucho valor y solidaridad de muchos para empezar a acabar con tan terrible adicción, cuenta el Pingüino y el Murciélago.

    Y aún no estando en Libertad y en obscuridad al acabar con el Miedo se puede  después poder volar, nadar, soñar… .

    Pues vámonos a volar, nadar, correr y a Soñar en Solidaridad.

    ¡Tierra, Agua y Libertad!

    ¡Presos Políticos Libertad!

    alf-redo…mil-puertas

    Miguel Angel Estala Ramirez
    Miguel Angel Estala Ramirez