Es impresionante la guerra a escala mundial que se ha desatado hasta en la propia casa del imperialismo y en los estados satélites como México.
El Estado ha declarado la guerra contra todos y qué mejor señal que la de la ciudad de Estrasburgo, la cual fue despejada de las banderas pacifistas que habían colocado los manifestantes.
La democracia parece ya estar muerta en todos los estados nacionales; parece que ya no tienen argumentos, sólo les queda hacer la guerra hasta a sus propios habitantes. Ahora es la hora de la organización de base y del pueblo, de la solidaridad de los pueblos.
La protesta y el movimiento social no es un crimen; sin embargo, así se le trata en Estrasburgo, como en México. Ya no hay diferencias.
Da mucha tristeza, por eso grito nuevamente:
¡Presos políticos, libertad! en cualquier parte del mundo. ¡Ya basta!
G. Alfredo Ramirez O.