Etiqueta: Escuela

  • EL Baseball

    Hace muchos muchas años… sopas no hace tantos, bueno ya no lo sé, da igual.

    Empecemos…

    Aquel día me quede muy sorprendido al encontrar bates de baseball mientras curioseaba en una tienda deportiva en Europa.

    Yo no sabia que se jugara Baseball en Europa, por lo menos nunca lo había visto y menos en un país europeo tan cerca y a su vez dentro del exbloque comunista.

    De no ser con los gringos que se encuentran en Europa, no sabía que fuera un deporte popular.

    Tal vez se juega por rebeldía. Tal vez se juega en estos países por la influencia cubana, es decir cuando vinieron los cubanos a estudiar o trabajar, pues en este lado este de Europa no venían muchos gringos a menos que fueran agentes de la CIA o algo parecido.

    Empecé a ver los bates, había de todo tipo, de madera, de aluminio, de distintos tamaños y distintos pesos, y en ese examinar iba recordando mi infancia, los recreos en la escuela cuando jugábamos la Serie Mundial. Recordando todos esos juegos donde el “picher” siempre era Fernando Valenzuela, el bateador no importaba mucho pues no había ningún nombre que pudiéramos recordar. Además, la Serie Mundial era mucho mejor jugarla que verla por televisión, pues a nuestro parecer y aún hoy en día el Baseball es aburridísimo en la tele o en el estadio sin unas cervezas de por medio, y antes no podíamos o ni se nos ocurría tomar unas cervezas.

    Después de ver, observar, probar, comparar con mis escasos conocimientos de Baseball los distintos modelos de los bates me acorde de las manoplas.

    Las manoplas o sí… que bello desmadre era ese asunto de las manoplas, sobre todo por su escasees en nuestra Serie Mundial, todos queríamos una pero no había suficientes para todos jugadores (tan escasos son mis conocimientos del Baseball que no sé cuantos jugadores son por equipo) de salón de clase. En cuanto a los bates no había problema pues Beto siempre llevaba el suyo y con uno bastaba, pero las manoplas por lo menos necesitábamos tres, una para el “picher” otra para el “cacher” y una más para la primera base, así que los jardineros (que de jardín nuestro patio no tenía nada, pues era de pura tierra y en época de lluvias teníamos que cruzar un pequeño laguito que se hacía entre tercera base y “home”) tenían que cachar la pelota a mano pelona, por lo que siempre jugábamos con pelota de tenis, pues las de Baseball; que se contaba que eran de hueso; son muy duras, en cambio las de tenis son más suavecita. Desventajas de las pelotas de tenis eran los “homerones” al por mayor, así que siempre necesitábamos por lo menos tres pelotas.

    Y auque suavecitas las pelotas de tenis dolía igual un poquito al cacharlas, por lo que las manoplas siempre eran muy preciadas.

    Fue cuando recordando esto fui buscando las manoplas en la tienda deportiva. Estas no estaban junto a los Bates de Baseball, así que decidí preguntar, me indicaron donde había algunas manoplas. En el rincón donde se encontraban estas, no había gran variedad, en realidad solamente había tres de dos distintos modelos, dos de ella para “picher” y una para jardinero, lo que me dejo muy satisfecho ya que probé mis pocos conocimientos beisbolero de entonces. Pero solamente tres manoplas, nada comparable con la variedad de bates que había en la tienda. Me supuse que en Europa también se juega con pelota de tenis, pues de baseball no encontré ninguna, además quien se lanza a cachar una de hueso a mano pelona.

    Salí de la tienda pensativo y extrañado ante tal situación, comúnmente el bien más preciado en nuestros partidos de baseball eran las manoplas y la pelota, pues para bate nos bastaba un palo.

    Tome el autobús que me lleva a casa, cuando en la calle vi a dos chicos, cada uno con su bate con playera con numero, lo curioso es que era el mismo número 88 y las cabezas rapadas. Fue cuando me quedo claro, ya entendí como se juega baseball y el porque no necesitan manoplas. Las reglas son las siguientes, todos los jugadores van uniformados y con la cabeza rapadas a excepción de uno, (para el cual no es un juego). Solo se permite un numero en las playeras que es el 88 y todos quieren o tienen un bate de baseball en las manos. Solo hay una corrida y normalmente se cambia la pelota por el corredor o perseguido (nuevamente esta persona no esta jugando), que a según tiene que tener otro color de piel más distinto a los del equipo, el pelo más largo o de colores. Por esto en Europa ya no son importantes las manoplas ni las pelotas para el juego de Baseball, eso si se sigue bateando y corriendo para no estar out.

    Y pensar en las horas y horas de diversión que nos dio el Baseball de niños con tan solo un bate, tres manoplas y unas 3 pelotas de tenis.

    Por fortuna no todos en Europa gustan de esta variante “deportiva” del Baseball, es más, son solo una minoría los que practican esta variante atroz, mas basta un puñado de idiotas que lo practiquen para que uno piense que así se juega baseball.

    alf…

    ¡NO AL RACISMO!

    ¡NO A LA DESCRIMINACION!

    ¡NO AL FASCISMO!

    P. D. Dado el uso de los bates que algunas gentes les dan, estos deberían encontrase en una tienda de armas.

  • El Salon de Clase

    ¡Hoy No!

    Hoy no vamos a aprender nada importante, nos dijo el maestro.

    Hoy solo saldremos a dar la vuelta, dijo.

    Hoy solo daremos la vuelta al patio, al cerro, al monte,… al cielo,…

    No comprendimos que estaba pasando, que estaba diciendo, que nos pedía, que era lo que quería. No nos quería sentados, no nos quería quietos, no nada de eso, nada cotidiano de un salón de clases, no apuntaba nada en el pizarrón.

    Nos invitaba a dar la vuelta y nosotros no salíamos del asombro, ni del salón.

    Nos invitaba a tomar la libertad de correr y caminar por el patio y por el cerro y por los cielos y nosotros no podíamos ni mover las piernas.

    Cuando lo logramos, comenzamos por una pequeña caminata, no muy rápida, alrededor del patio. Después fuimos a dar al cerro donde nos llevaron las piernas por estrechas veredas llenas de plantas y enredaderas. Nos mojamos y nos perdimos varias veces en esos caminos lodosos donde los zapatos no querían quedarse en nuestros pies y enamorados del barro se resistían a salir con el pie.

    Nos cayeron dos que tres chubascos, dos que tres tormentas y después los monos aullaron. Las piernas nos llevaron con el maestro a la casa de donde vivían nuestros abuelos, los que no bajaron de la montaña, los que se quedaron y el maestro nos los presentó.

    Llegamos al mar donde comienza la vida, donde se pone el Sol, donde la Mar enamora, y fueron los brazos quienes nos adentraron, y fueron los oídos los que vieron y cantaron y fueron los ojos los que escucharon y comprendieron.

    Fue de esta forma como nosotros ya no estábamos en un salón de clase. Fue como nos fuimos saliendo de éste. Fue con nuestros hermanos, con nuestros abuelos, con nuestros pájaros, monos y tigres que nos fuimos a dar la vuelta. Fue con la ceiba y con el pino, con las olas y con el río, que empezamos a conocer el mundo, fue con los parques y calles que nos mostraron la vida.

    Hoy no hay lección, hoy no hay más que ellos y nosotros, que somos uno.

    Hoy nuevamente me di cuenta que mientras la maestra hablaba yo estaba observando el patio, el cerro, la selva, el desierto, la mar, la ciudad, por la ventana del salón.

    Y hoy nuevamente no, no salimos del salón de clases.

    alf…