Mes: julio 2010

  • 3er Movimiento

    Códice Fejérváry-Mayer primera página

    Otoño.

    Sales de la Biblioteca.

    Sigue la pregunta bailando en tu cabeza, le buscas respuesta pero no la encuentras inmediatamente. Siempre que te sucede eso sabes que lo mejor es dejarla para después, dejarla descansar un rato, pero tu necedad te lo impide y tu cabeza le sigue dando vueltas y vueltas:

    ¿Qué es lo que estaban pensando?

    ¿Qué es lo que trataban de registrar en sus libros?

    ¿Qué es lo que querían comunicar?

    ¿Por qué pareciera que el este lo describen a veces en el norte?

    ¿Por qué la rotación del este al norte?

    ¿Por qué  hicieron esa rotación, que significa?

    No lo entiendes, pues no corresponde a lo que haz aprendido de ellos anteriormente, no concuerda con tu conocimiento previo, con las fuentes que conoces.

    ¿Habrá algo en especial, o es simplemente otra interpretación o es la influencia exterior de otro pueblo?

    Le quitas el candado a bicicleta que te han prestado durante tu estancia y emprendes el camino a casa, por la ciudad.

    ¿Por qué hay veces que el este se encuentra en el norte?

    Piensas en la contradicción de los datos pues el cocodrilo apareció en el documento que te encontrabas estudiando en el norte y no en el este donde nace el sol.

    Te saca del curso de tus pensamientos el aire frío otoñal. Todavía no es realmente frío pero ya lo sientes en las manos mientras andas en bicicleta; el aire frío es como pequeñas agujas en tu piel, en tus manos, el cual causa dolor y esto te obliga a quitar una y otra mano del manubrio para calentarla con tu aliento y protegerla por unos momentos del aire en tu chamarra mientras con la otra mano sufres el frío.Pero es otoño y por eso tu no llevaste los guantes contigo, no pensaste en el frío.

    Al parar en semáforo en rojo junto con los autos, tienes la oportunidad de calentar un poco ambas manos con tu aliento y frotarlas para generar calor. Haz olvidado las contradicciones, los documentos, ahora te encuentras ocupado con el frío y la bicicleta.
    -Es increíble que exista un carril y un semáforo exclusivamente para bicicletas- piensas mientras el semáforo se encuentra en rojo y tu calientas las manos.

    El semáforo para las bicicletas continua en rojo, mas no el de la vuelta a la derecha para los autos.
    Por precaución te orillas a la banqueta un poco más, cuando en eso asotas de espadas en el pavimento y no entiendes que sucede solo sientes que te arrastran de la pierna, haz perdido la bicicleta, intentas hacer movimientos para soltarte pero parece imposible soltarte, de pronto escuchas un sonido parecido a un desgarro y termina tu travesía por el pavimento.
    No sabes lo que trono si fue el auto, tu pierna o que fue, no entiendes lo que paso.
    De pronto a tu alrededor se junta la gente y una mujer grita histérica, observas el miedo en sus gritos, el horror y te horrorizas tu también, no sabes en que estado te encuentras, pero por los gritos no puede ser algo bueno, así comienzas a tratar de verificar tu estado y lo primero que sientes es un fluido cálido desde tu espalda hasta tu pierna izquierda y no la sientes.
    Nadie se acerca realmente a darte auxilio, solamente observan o gritan.
    Sin embargo tu pierna continua contigo y la puedes mover y te giras para poder sentarte en la banqueta y continuar con tu inspección individual pues nadie te ha ayuda ni te dice nada. Por lo que piensas que es probable que solamente te encuentres imaginando que te volteas y que te inspeccionas y que te sientas en la banqueta, pues todos se encuentran tan lejos de darte auxilio que quizás te encuentres desamparado.
    Ante la incertidumbre de que es lo real, decides continuar con tu inspección.
    Observas que tu pantalón se encuentra totalmente desgarrado y tu pierna izquierda solo tiene algunos raspones.
    Te quitas la mochila de la espalda o lo que queda de esta, tu termo se encuentra destrozado es donde se explica el fluido caliente, es el café.
    La copia del códice Fejérvary, con el cocodrilo en el este, se encuentra destrozada, ningún trabajo de restauración  podrá  salvar a tu copia.

    A lo lejos escuchas la ambulancia, ese sonido insoportable que lastima los oídos de la misma forma que  los gritos de la mujer que no paran.
    Piensas que viene en tu auxilio pero al bajar los paramédicos se concentran únicamente en la mujer y le proporcionan auxilio a ella. Al encontrarte olvidado y sin auxilio de nadie, solamente puedes confiar en tus sentidos y en tu inspección física.
    Vez la bicicleta tirada a unos 20 metros de distancia, la recoges y compruebas ahora su estado, que es bueno.
    Olvidado y solo te subes nuevamente a ella y tomas camino a casa, corriste suerte, a pesar de la arrastrada de norte a este…

    Ahora entiendes menos…solo…

    ¡Tierra, Agua y Libertad!

    alf-redo…mil-puertas…

    

    Tezcatlipoca, códice Borgia
  • Die Freiheit ist…

    La Libertad es resposabilidad, tomala
    ¿La Libertad es resposabilidad, tomala

    «¡La Libertad es responsabilidad:

    ¿Tomar

    ke chingaos?»

    «¡Nuestro amor se llama Revolución!»

    Rote Flora, Hamburgo

  • Polinesios

    Eres un necio

    Eres un necio

    Eres un necio

    Lo que ellos no saben es que yo no llegue del norte, la historia no es tan larga. Por eso se las voy a contar.

    Es solo porque siente que se amachinaron para aguantar el frió, piensan que fueron los primeros en llegar a estas tierras y que fueron los primeros en hacer grandes viajes.
    Y luego nos cuentan historias de que ellos cazaban mamutes y que ellos lo extinguieron y que ellos son los únicos y que nosotros somos como ellos.
    Creen que  no habemos otros que llegamos por otro lado, creen que no habemos otros que llegamos por la Mar, de quien estamos eternamente enamorados.

    De la Mar es de donde nace todos lo días el sol, de la Mar es de donde salía nuestro alimento y la tierra  solamente podía imitar las grandes olas con sus montañas, mas las montañas no pueden moverse tan rápido.

    Polinecios, Cuadro de Miguel Estala
    Polinecios, Cuadro de Miguel Estala

    Nosotros somos los condenados, pues al estar eternamente enamorados de la mar,  no nos permite vivir dentro de ella. Muchas veces nos rechaza, así es la mar y así la amamos.
    Tanto fue nuestro de deseo de estar dentro de ella, de vivir dentro de la mar, que al principio nos metíamos con tablas para poder estar largo tiempo flotando, ahí junto a las olas. Pero ella nos rechazaba, no nos dejaba entrar y nosotros necios que entrábamos y ella necia que nos botaba. Hasta que un buen día aprendimos a bailar con ella, a bailar con sus olas.

    Mas eso no duraba mucho y salíamos pronto a tierra antes de que el sol se fuera. Por lo que empezamos a hacer botes donde a remo y vela entrábamos y empezamos a sacar nuestro alimento de la mar. Fue cuando nos dimos cuenta que nosotros somos parientes del delfín, de la ballena, de la tortuga.  Pero a nosotros la mar nos saco un día por descuidados a tierra y no nos dejaba entrar más, por eso de necios regresábamos a ella en tablas y en botes.

    Con los botes y tablas empezamos a jugar y a bailar con ella y fue como llegamos acá a estas tierras.
    Comenzó con una pequeña carrera, ahí estábamos en la orilla de la mar, en la playa con nuestros botes y remos en dirección a donde nace el sol y una idea llegó: A ver quien llegaba primero…¿a donde? quien sabe pero a ver quien llegaba primero. Así salimos en desbandada en dirección a donde nace el sol y reme que reme e iza la vela y duerme, así pasaron varias lunas y nada que alguien llegaba primero, supongo que muchos nesios o polinesios; pues éramos muchos; se quedaron en el camino con la mar, pues no todos llegamos a estas tierras y aquí conocimos a otros que llegaron por el norte.
    Supongo que nosotros llegamos primero a remo y vela y si no nos creen les pregunto:¿Entonces de donde llegamos Bazuca y yo?

    Ahora me preguntaran: ¿Por qué si ya estábamos dentro de la mar regresamos a tierra?

    Por nesios…

    alf…

  • Y si…

    ¿Y si los Peces…
    ¿y si los pulpos…
    ¿y si el cagrejo…
    ¿Nos dejaran vivir con ellos?

    ¿Y si nosotros…?
    Envidiando al Pelicano,
    que corre y corre…
    que baja y baja…
    ola tras ola…

    ¿Y si la tortuga…?
    con los Pelicanos…
    con las olas…
    con los pulpos…
    con los cangregos…
    con los peces…
    Les volveremos a preguntar:

    ¿podemos vivir con ustedes?

    No los sabemos,
    no nos han contestado.
    y nosotros que soy yo,
    enamorado de la Mar.

    alf-redo…mil-puertas…