La Casa en la Casa…
Lo encontraste afuera de la casa, en la casa.
A medio camino, camino a casa en su casa.
Normalmente caminan despacito, despacito, sin prisa alguna, seguros del camino que han tomado, dejando siempre su huella atrás, para que otros lo puedan seguir, para que todos sepan de donde vienen…
Y es cuando llueve, que apesar de estar en casa, ellos comienzan a moverse a toda prisa como nunca los hemos visto moverse pues siempre cuando llueve nosotros estamos en casa, a cubriéndonos del agua.
Pero a ellos la lluvia y el agua les trae velocidad y es entonces cuando les dan ganas de cambiar de maceta o de árbol, de casa, de barrio con la casa.
El problema es que se ponen lentos cuando deja de llover.
Por eso después de la lluvia se les encuentra en los pasillos, en los caminos, bajo los árboles, pues no alcanzaron a llegar al otro lugar, al otro barrio, a la otra casa con su casa.
Por eso es una ventaja llevar la casa a cuestas.
Fue cuando lo encontraste, después de la lluvia, a medio camino, de camino a casa y con su casa a cuestas.
Fue cuando lo tomaste, con su casa y lo querías llevar más rápido a casa, pues te habías dado cuenta que se se había quedado a medio camino, pues se había acabó la lluvia.
……¡Ya dejalo afuera!…Te digo, que no lo puedes traer adentro…¿Cómo vas a traer a dentro de la casa una casa?…
Te gritaban, y entonces corrías, y corrías buscando donde dejar la casa o como hacerle para colar la casa en la casa. Ahí ibas de vuelta y vuelta, sin encontrar solución, con la casa entre manos, a la casa.
!Que lo dejes afuera, ya estuvo!
Había un buen lugar donde dejar la casa sin que entrara en la casa, pero cerca de la casa, ahí en la maceta del café.
Pero… y si no le gusta, bueno pues toma su casa y se muda de casa.
Pero mejor no, no mejor lo dejas en la maceta del café, no. No, no era lugar para dejalo, mejor en la casa con todo y casa.
Pero tampoco así se podía, pues te repetía y te gritaban que lo dejaras afuera y ya estuvo y nada que hacer más que correr con él de un lado al otro.
Y de nuevo la maceta del café, era lo más cercano en donde dejar la casa a la casa.
Pero no, imagínense el desastre que se armaría si lo dejabas en la maceta del café. Se comería sus frutos dulces y después andaría hiperactivo…y después…mejor ni nos lo imaginamos, pues puede que la casa con la hiperactividad entre en la casa y poner todo de cabeza y de pies.
Todo sería un revoltón y eso no le iba a gustar…¿A quién?…
¡Pero que ya lo dejes afuera, por favor…!
Pero si lo ponías en al maceta del café seguro que se alborota todo y seguro que comenzaría a mover más rápido, mucho más rápido que cuando llueve y se….
Bueno ¿que?, ¿no lo dejas afuera? Afuera e dicho.
…volvería hiperactivo y revolucionaría todo y lo que esta abajo lo dejaría revuelto y abajo y lo que esta arriba lo tiraría para que este a la misma altura que lo de abajo y se revolvería con lo de abajo y todo quedaría muy revuelto pero parejo y en revolución.
Y pues sí, ante tanta tentación de ver que pasa, metiste a la casa la maceta del café en donde lo metiste con su casa para observar como revoluciona todo y ver como cambia todo más deprisa en casa con la casa.
Y después te iras de paseo o de tour a otras muchas otras casa, entrando en las casas con la maceta de café y adentro él con la casa a cuestas….
¡Tierra Agua y Libertad!
¡Presos Políticos Libertad!
alf-redo…mil-puertas…