Don Samuel y los Coyotitos

Don Samuel seguía buscando al Zorro, buscaba por aquí, buscaba por allá y nada que lo encontraba.

Tenía muchas cosas que contarle al Zorro.

Le quería contar como es que el Maíz le hacia recordar a los pueblos del color de la Tierra, así como el Zorro tenía al trigo para acordarse de su amigo. Le quería contar como fue que se hizo amigo de estos pueblos y así de muchos otros. Cómo es que se enamoro del Monte donde vivían sus amigos. De cómo su corazón era del color de la Tierra.

También quería contarle cómo sus amigos se juntan y se organizan para defenderse de los males que los acosan y como es que se defiende y se protege a un amigo. Todo esto y más quería contarle al Zorro, pero no lo encontraba por ninguna parte.

Todo parecía indicar que se había ido, tal vez era Jueves y como los cazadores se van a bailar los Jueves, es el día en que el Zorro sale de paseo hasta la viña. ¡Ah! Don Samuel había olvidado los rituales del Zorro.

Fue entonces, cuando se sentó a descansar, que apareció un Coyotito. Este como siempre con hambre le pidió que le convidara un pedazo del jamón ahumado que Don Samuel traía para el Zorro.

Como no había encontrado al Zorro a Don Samuel le pareció que estaba bien compartir el jamón con el Coyotito.

Durante la comida el Coyotito le pregunto a Don Samuel que era lo que estaba haciendo tan dentro del Monte. Sin muchos rodeos Don Samuel le contó que estaba buscando al Zorro y que no lo encontraba por ninguna parte.

El Coyotito le contesto que eso suele pasar y muchas otras veces a pesar de haber encontrado al amigo este no se le puede alcanzar. Fue como el Coyotito contó de su historia de amor, de cómo fue que encontró a la Luna y de esta se enamoro, y de cómo esta se fue volviendo inalcanzable, pues antes no era así. El Coyotito le contó que ahora para comunicarse con ella tiene que darle a la cantada y la serenata y por eso le canta todas las noches.

El Coyotito le contó de cómo es penosa la Luna, pues hay días que no se asoma y otros que  nada más se asoma un tantito y otras veces se le quita la pena y aparece toda y muestra su belleza, y él que no la puede alcanzar.

Hablando, hablando al Coyotito se le ocurrió una idea. Le dijo a Don Samuel que porque no le cantaba al Zorro lo que le quería contar y de esta forma el Zorro lo escucharía.

Don Samuel dijo que eso de la cantada y de la gritadera no se le daba mucho pues a él le gusta hablar palabra fuerte pero bajito, pues así le había aprendido a sus amigos. Entonces el Coyotito le ofreció que él le cantaba al Zorro todo lo que Don Samuel le quería contar. Esto lo haría mientras le cantaba también a la Luna, tal vez la Luna se dejara ver más con más palabras.

Fue así como el Coyotito sentado frente a Don Samuel cerro sus ojos y escucho las palabras de Don Samuel para el Zorro. Al terminar la contada Don Samuel pregunto si había escuchado todo, pues con los ojos cerrados y sentado frente a él había estado el Coyotito. Este despertó, perdón, abrió los ojos y comenzó la cantada a la Luna y al Zorro.

A pesar de tener los ojos cerrados el Coyotito escucho todo, todo bien, pues en su cantar canto todo lo que Don Samuel tenia que decirle al Zorro, yo lo sé, pues estaba con el Zorro en el viñedo cuando escuchamos al Coyotito cantar.

Sólo con el corazón se puede ver bien, lo esencial es invisible para los ojos. (secreto del Zorro)

Sólo con el corazón se puede oir bien, lo esencial es inaudible a los oídos. (secreto del Coyotito)

alf…