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  • 3er Movimiento

    Códice Fejérváry-Mayer primera página

    Otoño.

    Sales de la Biblioteca.

    Sigue la pregunta bailando en tu cabeza, le buscas respuesta pero no la encuentras inmediatamente. Siempre que te sucede eso sabes que lo mejor es dejarla para después, dejarla descansar un rato, pero tu necedad te lo impide y tu cabeza le sigue dando vueltas y vueltas:

    ¿Qué es lo que estaban pensando?

    ¿Qué es lo que trataban de registrar en sus libros?

    ¿Qué es lo que querían comunicar?

    ¿Por qué pareciera que el este lo describen a veces en el norte?

    ¿Por qué la rotación del este al norte?

    ¿Por qué  hicieron esa rotación, que significa?

    No lo entiendes, pues no corresponde a lo que haz aprendido de ellos anteriormente, no concuerda con tu conocimiento previo, con las fuentes que conoces.

    ¿Habrá algo en especial, o es simplemente otra interpretación o es la influencia exterior de otro pueblo?

    Le quitas el candado a bicicleta que te han prestado durante tu estancia y emprendes el camino a casa, por la ciudad.

    ¿Por qué hay veces que el este se encuentra en el norte?

    Piensas en la contradicción de los datos pues el cocodrilo apareció en el documento que te encontrabas estudiando en el norte y no en el este donde nace el sol.

    Te saca del curso de tus pensamientos el aire frío otoñal. Todavía no es realmente frío pero ya lo sientes en las manos mientras andas en bicicleta; el aire frío es como pequeñas agujas en tu piel, en tus manos, el cual causa dolor y esto te obliga a quitar una y otra mano del manubrio para calentarla con tu aliento y protegerla por unos momentos del aire en tu chamarra mientras con la otra mano sufres el frío.Pero es otoño y por eso tu no llevaste los guantes contigo, no pensaste en el frío.

    Al parar en semáforo en rojo junto con los autos, tienes la oportunidad de calentar un poco ambas manos con tu aliento y frotarlas para generar calor. Haz olvidado las contradicciones, los documentos, ahora te encuentras ocupado con el frío y la bicicleta.
    -Es increíble que exista un carril y un semáforo exclusivamente para bicicletas- piensas mientras el semáforo se encuentra en rojo y tu calientas las manos.

    El semáforo para las bicicletas continua en rojo, mas no el de la vuelta a la derecha para los autos.
    Por precaución te orillas a la banqueta un poco más, cuando en eso asotas de espadas en el pavimento y no entiendes que sucede solo sientes que te arrastran de la pierna, haz perdido la bicicleta, intentas hacer movimientos para soltarte pero parece imposible soltarte, de pronto escuchas un sonido parecido a un desgarro y termina tu travesía por el pavimento.
    No sabes lo que trono si fue el auto, tu pierna o que fue, no entiendes lo que paso.
    De pronto a tu alrededor se junta la gente y una mujer grita histérica, observas el miedo en sus gritos, el horror y te horrorizas tu también, no sabes en que estado te encuentras, pero por los gritos no puede ser algo bueno, así comienzas a tratar de verificar tu estado y lo primero que sientes es un fluido cálido desde tu espalda hasta tu pierna izquierda y no la sientes.
    Nadie se acerca realmente a darte auxilio, solamente observan o gritan.
    Sin embargo tu pierna continua contigo y la puedes mover y te giras para poder sentarte en la banqueta y continuar con tu inspección individual pues nadie te ha ayuda ni te dice nada. Por lo que piensas que es probable que solamente te encuentres imaginando que te volteas y que te inspeccionas y que te sientas en la banqueta, pues todos se encuentran tan lejos de darte auxilio que quizás te encuentres desamparado.
    Ante la incertidumbre de que es lo real, decides continuar con tu inspección.
    Observas que tu pantalón se encuentra totalmente desgarrado y tu pierna izquierda solo tiene algunos raspones.
    Te quitas la mochila de la espalda o lo que queda de esta, tu termo se encuentra destrozado es donde se explica el fluido caliente, es el café.
    La copia del códice Fejérvary, con el cocodrilo en el este, se encuentra destrozada, ningún trabajo de restauración  podrá  salvar a tu copia.

    A lo lejos escuchas la ambulancia, ese sonido insoportable que lastima los oídos de la misma forma que  los gritos de la mujer que no paran.
    Piensas que viene en tu auxilio pero al bajar los paramédicos se concentran únicamente en la mujer y le proporcionan auxilio a ella. Al encontrarte olvidado y sin auxilio de nadie, solamente puedes confiar en tus sentidos y en tu inspección física.
    Vez la bicicleta tirada a unos 20 metros de distancia, la recoges y compruebas ahora su estado, que es bueno.
    Olvidado y solo te subes nuevamente a ella y tomas camino a casa, corriste suerte, a pesar de la arrastrada de norte a este…

    Ahora entiendes menos…solo…

    ¡Tierra, Agua y Libertad!

    alf-redo…mil-puertas…

    

    Tezcatlipoca, códice Borgia
  • Segundo Movimiento

    Por fin verano sin lluvia, bueno probablemente solamente por la mañana.

    ¿Salir o no salir? Ya sabes no llueve ahora ¿pero después?

    Nunca se sabe es verano y a la ciudad en verano le encanta tomar duchas como a las cuatro de la tarde.

    ¿Salir o no salir? Bueno de todas formas saldré, pero ¿salir o no salir en la bicicleta?

    Ahí está la pregunta.

    Si llueve en la ciudad la mojada sobre la bicicleta es segura, sin ella siempre encuentra uno donde resguardarse, siempre y cuando no sea bajo la sobra de un árbol, ya que como decía mi abuelo: Quien se cubra de la lluvia bajo la sombra de un árbol se moja dos veces.

    Pero sino llueve…rodar en la bicicleta es vivir la ciudad y hacer esta más vivible.

    Rodar en la bicicleta es darle paz al monstruo, darle tranquilidad al gran motor, es dejarla descansar.

    Pero ¿y si llueve?

    La mojada a las 4 de la tarde es segura.

    Dejemos la decisión a la moneda: Águila o Sol; Águila no saco la bicicleta, Sol saco la bicicleta.

    mmmmfffffffffff (un suspiro),

    ¿Qué hacer?

    ¿Dejarle la decisión a la suerte?

    Decisión sobre decisión, mejor a la suerte.

    ¿Realmente te quieres mojar? o ¿Realmente te da lo mismo? Y la desición ya esta tomada.

    No lo sé.

    Aviento la moneda al aire y Sol gana. Ya esta…sacar la bicicleta y empezar a pedalear.

    Con cada pedaleo siento como la vida fluye, como descansa el monstruo, como se esta tranquilo, como una sonrisa fluye por esa alegría de sentir el viento en la cara, el cual llena el alma y el corazón.

    ¡Ah! ¡Cómo me gusta andar en bicicleta…!

    No me arrepiento de que después llueva y de la mojada. Nada me para, solo rodar y sigo y sigo rodando para llegar a mi destino.

    Mi bicicleta.

    Mi transporte.

    Otra vez, una vez más debo tomar otra decisión: Seguir por la calle ancha principal o las aledañas pequeñas.

    Tomo las pequeñas y sigo.

    Siempre he pensado que dar la vuelta a la izquierda es la mejor decisión, mas mi destino se encuentra hoy a tres vueltas a izquierda en la siguiente cuadra.

    Por lo complicado de esa vuelta mejor realizo la vuelta a la derecha.

    Adelante noto un montón de angelitos tapando los alrededores del ese camión recojedor de basura, curiosidades de este gran monstruo, le gusta tener ángeles para resguardar la basura. Estos cubren todo el camión.

    Lo alcanzó, para que este después pase a mi lado y……

    ZAZ

    Ensarta el camión la llanta delantera de mi bicicleta.

    El ver como se dobla la llanta delantera me hace recordar el tubo de aluminio de la pasta de dientes, así como pomada parece mi llanta delantera.

    Yo salto y aterrizó en la banqueta…

    ¿Salir o no salir en la bicicleta?

    Me preocupaba la lluvia…

    me preocupaba la lluvia…

    me preocupaba la lluvia…

    Y no pensé en los ángeles.

    ¡Tierra, Agua y Libertad!

    alf…

  • Primer Movimiento

    Tres Movimientos

    Primer Movimiento

    Otra vez llueve. Otra vez neblina. Otra vez obscuridad.

    No es que me moleste la lluvia,

    No es que te moleste la neblina.

    Es sólo que está obscuro y con el agua, es decir la humedad el frió se siente en los huesos. Es decir, penetra hasta el tuétano.

    Además no es lindo salir a laborar de casa cuando está obscuro y no es lindo regresar a casa obscuro también, eso si regresas, ya sabes…la ciudad.

    Así son las grandes ciudades, un día sales y la ciudad te come, así nada más y tú osea yo, nada que te comió. Como también hay días que yo, osea tú, te comes la ciudad.

    Pero hoy no. Hoy la ciudad está dispuesta a comerte, hoy está dispuesta a atragantares contigo, conmigo.

    Eso lo sabes, pues ella te avisa desde el momento en que te levantas vas al baño, me ducho, tomas el café y en todos esos instantes lo sabes, ella te avisa. Te va a comer hoy.

    Yo por lo pronto, tu estas pendiente con todos los sentidos sensiblilizados, piensas si vas a trabajar o no, tal vez convendría no ir. Pero mejor voy.

    No puedes dejar de hacer tus cosas a cada aviso que te envía la ciudad, te paralizarias absurdamente y me perdería el peligro de vivir.

    Por lo que sales a la ciudad a obscuras, siguió pensando que hubiera sido mejor no salir, pues te encuentras muy tenso por los avisos previos. Todos los sentidos están tratando de obtener toda la información posible, estas alerta y en alarma. Camino con cuidado pero con paso apresurado, no vaya a ser. No vaya a ser ¿que? No lo sabes pero mejor no vaya a ser.

    Llegas por fin a trabajar, ¿lugar seguro? sin luz del Sol, y como va a haber si esta todo obscuro y nublado afuera, y como la va a haber si no hay ventanas en el edificio donde trabajo, solo el sumbido de las lamparas de neón hacen sentir el poco calor de esa luz blanca y eléctrica.

    Con el trabajo monótono te olvidas de lo comida y me olvido de ser comido. Buscas con desesperación los 20 centavos de tus cuentas que no aparecen. No encuentro el error y nadie sabe que es lo que estas haciendo, ni el jefe pero ahí te tienen con la preocupación de veinte centavos. No los encuentras y si se dan cuenta, no sé lo que va a pasar. Igual ya de noche optas por ponerlos, dejarlos perdidos y acabar la jornada con el regreso a casa, un regreso nuevamente obscuro y nublado con el sentimiento de ser un inútil, así voy dando camino a casa. Te olvidas en ese caminar de todo, de los veinte centavos, de la monotonía del trabajo, de tu inutilidad, de la advertencia de la mañana…de todo. Sólo quiero llegar a casa, un semáforo que se ponga en verde y ya estás en casa. Verde, y siento como un impulso te eleva por los aires y es un volar, un volar sin alas.

    Otra vez obscuro, no recuerdas nada después, simplemente estas tirado en la calle y siento la humedad, te da miedo de mirar si esa humedad es agua u otra cosa, pues ya no percibes ni el frió ni el calor, ya no percibes nada solo la humedad en el suelo.

    Por fin logro encontrar o controlar mis ojos para poder ver que es lo que te ha sucedido. Veo una persona bajar de un automóvil, y te esta gritando y regañando y yo no entiendo por que si lo último que tenemos en la memoria es el Verde y el volar, pero ningún error cometido…bueno, a parte de los veinte centavos. La persona sigue gritando y tu no lo entiendes es como una bocina defectuosa que no para de sonar.

    ¡Vaya! la ambulancia ya fue por mi, ¡Uf! no era tu sangre sino simplemente agua de lluvia. Pides hablar por teléfono en busca de un amigo y el policía te lo niega y comienza nuevamente a sonar y sonar y sonar la bocina descompuesta con el regaño y la bocina me inculpa y vuelve a sonar y sonar…

    …y tú, es decir y yo, sólo buscas a un amigo…y la ciudad…nos comió.

    alf…